2. Así Empezó esta Amargura
Cuando uno entra a este mundo, no lo hace por iluminación divina. Uno entra, muchas veces, por pura y física necesidad. Así empezó mi historia. Yo trabajaba en el sector privado. Si a eso se le puede llamar “trabajar”. Eran empleítos mal pagados, jefes vivos que vivían del esfuerzo ajeno y condiciones laborales que daban risa (si uno no estuviera llorando por dentro). Años enteros dejándome la vida por unas cuantas monedas. Y no, no exagero. Eran chichiguas. Un sueldo que apenas alcanzaba para subsistir, no para vivir . Menos mal, en ese entonces era soltero, sin hijos, sin compromisos, porque si no, habría terminado recogiendo latas o vendiendo minutos en una esquina. Y fue ahí, justo en medio de esa precariedad laboral, cuando apareció la oportunidad: el bendito concurso docente . ¿Y qué hice yo? Pues lo que cualquier alma desesperada haría: me inscribí. Compré el PIN con unos compañeros que estaban igual de jodidos que yo, y sin tener la menor idea de cómo prepararme, me lancé. Sin ...