1. Bienvenidos al Aula del Amargado

Hola.

Soy profesor.
Y estoy amargado.

No por falta de vocación —esa todavía resiste, por algún rincón perdido entre reuniones eternas, papeles sin sentido y discursos de autoayuda que huelen más a desesperación que a esperanza. Estoy amargado porque trabajo en el sector público educativo colombiano. Y créanme, eso ya es decir bastante.

Este blog no es un manual de buenas prácticas, ni una oda a la resiliencia docente. No. Esto es lo que pasa cuando uno ya no se guarda las ganas de gritar, cuando el cinismo se convierte en mecanismo de defensa y cuando el silencio empieza a saber a complicidad.
Esto es un desahogo con letra afilada y memoria larga.

He pasado años —sí, años— caminando pasillos con pintura vieja, viendo cómo se repiten los mismos errores con nuevas justificaciones. Y no, no es culpa de los estudiantes. Ellos son lo mejor de este infierno. El problema son los adultos. Los otros profesores, los directivos, los funcionarios, los políticos, los padres de familia, los administrativos, los "aliados", los "formadores", los "expertos"...
Cada uno ha puesto su granito de arena para que la amargura florezca como maleza en patio de colegio.

Pero ojo, esto no es una cacería de brujas.

Aquí no se mencionarán nombres. Aquí no se señalará directamente a nadie, pero si alguna vez has sido parte de este gremio y te arde lo que leas... quizás no sea casualidad. Quizás este blog hable de ti.

Lo que quiero es contar mi historia, o más bien, las historias que me han contado la realidad de este oficio que aún muchos se atreven a llamar "el más noble de todos", sin haber pisado nunca un aula, un lunes a las 6:30 a.m. rodeado de adolescentes de básica y media secundaria de colegio público colombiano.

Así que sí, este soy yo:

Un profesor, colombiano, servidor público, sobreviviente del sistema, y cada vez más amargado.
Pero también lúcido. Y con una memoria bastante buena para registrar cada decepción.

Este blog será mi bitácora: ácida, incómoda, y (me temo) demasiado real.

Bienvenidos a El Profesor Amargado.
Y si no les gusta lo que van a leer… quizás sea porque es cierto.

– El Profesor Amargado
Amargo, pero no ciego, sordo y/o mudo.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

2. Así Empezó esta Amargura